sábado, agosto 27

Trabajos de restauración en la casa del Brigadier Estanislao Lopez, Santa Fe

El ministro de Obras Públicas y Vivienda, Hugo Storero, recorrió ayer las obras de puesta en valor que el gobierno lleva adelante en la vieja casona ubicada en General López 2792/94, de la ciudad de Santa Fe, que fue habitada por el Brigadier Estanislao López entre 1819 y 1838, año de su fallecimiento.
Desde 1946 funciona en el edificio el Archivo Histórico de la provincia. Antes fue sede, en distintas épocas, de la Imprenta, Tribunales Provinciales, y la Junta Provincial de Estudios Históricos.

De la actividad participaron también el secretario de Legal y Técnica del Ministerio de Gobierno y Reforma del Estado, Diego Echen (dependencia en cuya órbita funciona el Archivo Histórico); el subdirector provincial de Arquitectura e Ingeniería, Oscar Mallía; y la profesional responsable de los trabajos, Graciela Del Zotto, entre otras autoridades provinciales y medios de comunicación de la ciudad.
En el marco de la visita, Storero se refirió a la obra como a “una intervención imprescindible”, dado que es un edificio emblemático tanto para la ciudad como para la Argentina ya que, en 1942, fue declarado Monumento Histórico Nacional.
El funcionario provincial explicó que la primera etapa de los trabajos, “orientada a neutralizar aquellos inconvenientes mayores provocados por filtraciones y, también, a la consolidación de muros”, abarcó el reemplazo de cubiertas de techos, canaletas y conversas; y la construcción de desagües y la recuperación de revoques y pintura de paredes internas, entre otras intervenciones.
Asimismo, adelantó que “en una segunda etapa se prevé la realización de fundaciones, sistema estructural, remoción de balaustras, para luego avanzar en todo lo estructural, es decir, pisos aberturas y herrería de obra”.
Por su parte, Echen consideró “una profunda satisfacción comprobar el avance de esta obra” y valoró la decisión tomada oportunamente por el gobierno, que posibilitó “la puesta en valor de este edificio emblemático para la provincia y para la ciudad”.
Los trabajos, correspondientes al Programa de Recuperación Patrimonial (http://www.santafepatrimonio.com.ar/) llevado adelante por la actual gestión provincial, están a cargo de la empresa MT SRL y demandarán una inversión de 340.000 pesos y un plazo de ejecución de seis meses.
En la casona de principios del siglo 19 comenzó a rehacerse el revoque mediante la técnica original con adobe utilizada en la construcción del inmueble. Para ello, se solicitó el asesoramiento de la arquitecta Del Zotto.
“Utilizamos barro, con un buen amasado, y como aglomerante espartillo en partes pequeñas. Así, con capas de hasta dos milímetros, fuimos embarrando las paredes sobre los adobes originales”, explicó la arquitecta, especialista en la materia, y agregó que “cuando eso se secó se colocó el revoque fino que es con arcilla y arena”.
Sobre el material indicado para la reconstrucción, Del Zotto indicó que “la arcilla fue extraída en la zona pero debió ser cuidadosamente seleccionada para garantizar que esté libre de limo, un tipo de sedimento que evitaría la ligazón de los componentes porque la deshace”.
Asimismo, Del Zotto consignó que la calidad de la tierra adecuada para el amasijo se encuentra fácilmente en la zona, en hormigueros o en las excavaciones para hacer pozos ciegos.
De igual modo, señaló que restan trabajos de pintura que se evalúan realizar a la cal, “un método apropiado porque permite la transferencia de humedad al medio ambiente, es decir, le permite respirar al muro”.
La localización del solar donde se encuentra ubicada la Casa de López se remonta al trazado que se efectuó oportunamente con el traslado de la ciudad de Santa Fe a su nuevo emplazamiento y que fuera asignado a la Orden de los Mercedarios, que edificó la iglesia y el convento como en Santa Fe La Vieja. De ese uso data el muro de adobe que existe en el fondo de la actual propiedad, probablemente del siglo 18.

Este solar estaba ocupado por la ranchería, que comprendía las dependencias de servicio y viviendas de los esclavos de la Orden de la Merced. Al ser expulsados los jesuitas en el año 1767 del Río de la Plata, Tucumán y Cuyo, por orden del rey de España Carlos 3º, los padres mercedarios solicitaron al Cabildo estas instalaciones, uso que es autorizado en el año 1792 por el Comandante de Armas en virtud de la orden emanada de la Junta Provincial de Aplicaciones.

En 1810, Manuel Belgrano, en su paso por Santa Fe rumbo a la ciudad de Asunción, durante la campaña libertadora promovida por el Primer Gobierno Patrio, dispuso subastarlo dado su estado de abandono para posibilitar la construcción del Cabildo y cárcel de la ciudad, lo que se llevó a cabo recién en 1812.

En la ocasión, el protomédico Manuel Rodríguez se adjudicó la parte sur, mientras que la norte, lo hizo Gabriel de Lassaga, el viejo. Rodríguez edificó el Solar, en los últimos años de la segunda década porque en el plano de Marcos Sastre, de 1824, ya figura la casa como "billares". Respecto de este uso existe un registro por pago de "derecho de pulperías y negocios" de 1842, cumplimentado por Josefa Rodríguez de López.

Al casarse Estanislao López en 1819 con la hija del protomédico, Josefa Rodríguez del Fresno, pasó a ocupar la casa habitación, de la esquina existiendo comunicación entre ambas viviendas por medio de tres arcadas ubicadas en el segundo patio y descubiertas en el año 1996 al ponerse en valor el segundo patio del inmueble. El espacio de las arcadas fue luego cegado por ladrillos de adobe.

La composición y tratamiento de la fachada evidencian una intervención posterior al período de la construcción original, evidenciando la influencia de la arquitectura italianizante. Se destaca la rejería de la fachada y de la puerta cancel que corresponde al momento de la remodelación.
El segundo patio daba acceso a las habitaciones de servicio y poseía una única galería apoyada sobre la medianera este, descubierta por las ya mencionadas obras de 1996. Este espacio conserva las rejas originales, las ventanas de ojeo, y el brocal del aljibe revestido con azulejos franceses de Pas de Calais, de fondo blanco con estampados en azul.
Las ventanas de ojeo recibían este nombre porque los postigos se encontraban ubicados a la altura de los ojos, detalle que brindaba mayor seguridad. El sistema del aljibe, en tanto, permitía guardar el agua de lluvia, ocupando el depósito de la cisterna una gran parte del segundo patio.

Estanislao López habitó la vivienda hasta 1838, año de su fallecimiento, ocurrido en la segunda habitación del ala este del edificio. Luego de su muerte la casa siguió siendo ocupada por su viuda y sus hijos Mercedes, Inés, Estanislao, Telmo y Martín.
En 1839, Josefa Rodríguez del Fresno compró el solar ubicado en el lindero norte, el que fue incorporado a la huerta de la casa. Al morir en 1850, la huerta estaba poblada de 13 naranjos. En 1852, el general Justo José de Urquiza llegó a Santa Fe para inaugurar el Congreso Constituyente y se alojó en la casa.
En 1858 la planta alta de la vivienda contaba con el número actual de habitaciones "cuatro de altos, tres patios y oficinas correspondientes", información que aparece en un aviso de alquiler en el diario "El Pueblo".
Hacia 1870 se dispuso la división de los bienes de la sucesión siendo enajenada. Daniel de la Torre la adquirió al año siguiente, realizando una renovación de la fachada, la que incluyó la construcción de la ochava reglamentaria.

Desde el año 1946 el edificio es ocupado por el Archivo General de la Provincia. En 1954 se fijaron los límites de este Monumento Histórico Nacional y se desafectaron ocho metros de terreno, con frente a calle 9 de Julio, que fueron enajenados dos años más tarde. Fue así como la casa perdió su primitiva huerta. Declarado de utilidad pública en 1961, fue adquirido por el gobierno provincial en 1963.
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